CRITERIOS DE CALIDAD. NORMAS.

 

 

Cuando en los años 50 aparecieron con éxito los aparatos calificados de «Alta Fidelidad», surgió la dificultad de comparación entre aparatos de iguales funciones pero de distinto fabricante. Cada uno especificaba lo que creía conveniente y de la forma que mas le favorecía. Para poner orden en este caos se elaboraron normas sobre los diversos parámetros a medir en los reproductores de sonido en alta fidelidad.

Algunas son solo normas de medida, es decir solo indican la forma en que ésta debe efectuarse y la forma de expresarla para que puedan compararse entre sí mediciones procedentes de distintos fabricantes. Tal es el caso de la norma de medida americana  IHF (Instituto de Alta Fidelidad).

Otras son normas de calidad, es decir especifican requisitos mínimos para que el aparato pueda entrar en la denominación  de alta fidelidad.

La mas usada de ellas es la que se redactó en los años 1963-63, en la Republica Federal de Alemania y a cargo del Instituto de Normalización (DIN). Estas normas llevaban el numero 45.500, destinado a hacerse famoso.

Otra norma, usada frecuentemente por los japoneses, es la JIS que da en general valores mejores que la DIN, por lo que al comparar valores de los distintos aparatos debemos asegurarnos de cuáles han sido las normas en las que se ha hecho la medición; de lo contrario podríamos cometer errores de consideración.

Un concepto usado en las mediciones y que debe aclararse es el de la ponderación que se especifica para algunas medidas. Ponderar, es medir teniendo en cuenta el peso y por extensión, en el caso que nos ocupa, es medir un parámetro teniendo en cuenta la sensación sonora que produce en el cerebro cada una de las frecuencias audibles.  Así, no es lo mismo tener un cierto nivel de ruido en un plato tocadiscos en la frecuencia de 400 Hz, que en la frecuencia de 50 Hz. La segunda crea en el cerebro una sensación notablemente menor. De aquí que las medidas deban hacerse mediante filtros eléctricos que respondan a esta sensibilidad peculiar del oído humano.

Algunas de estas normas han sido revisadas en el transcurso de los años, pero han permanecido esencialmente inalterables. En algunos aspectos la técnica les ha superado ampliamente, en otros existen aún dificultades para su cumplimiento. No olvidemos que se trata de requisitos mínimos.     

 

Manual de Alta Fidelidad y Sonido Profesional. Serie Mundo Electrónico. Editorial Marcombo. Pags 53, 54.